Gran Feria que, llueva, nieve o truene, abre los 59 días gracias a su infraestructura que es tan sencilla pero eficaz a la vez, y que permite al turista recorrerla con cualquier adeversidad climática.
Mi humilde puesto compartido con la compañera Gra, genia del Macramé, Rosarina, con quien es un honor compartir el espacio.
Y como si fuera poco, la Feria posee un espacio colindante al aire libre donde otros compañeros vuelcan su arte pensando en los más pequeños.
Muchísimas gracias al público que nos visita, que se interesa por lo que hacemos, que lo valora, que adquiere nuestras piezas, que se solidariza con la mano de obra local.
Mano de obra calificada en los rubros que el Artesano/a deja todo su amor, no reniega al crear sus piezas, no pide subsidios, paga sus impuestos, y sólo pide el derecho a que le dejen desarrollarse dignamente.
Si el mercado manda, la Feria se llena de gente, compra lo que puede pero nunca..deja de venir a la Feria.
Ojalá que tanto en tiempos de bonanza como de restricciones, nunca se olviden de nostrxs.
Mil gracias.
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